martes, 8 de marzo de 2016

LA CONVIVENCIA PACIFICA



La convivencia pací fica se basa en la negociación de los conflictos que se presentan en la relación de pareja, como propósito fundamental en la búsqueda del fortalecimiento de ésta. Para lograr la convivencia pací fica es necesario aprender a comunicarse dentro de los límites del principio de la transparencia, lo cual requiere el diálogo como parte de una exploración conjunta. Para ello es necesario buscar las alternativas más convenientes para resolver los naturales conflictos que se presenten en cualquier relación humana. 

Valores y Convivencia pacífica

Frente a las múltiples amenazas que dificultan una convivencia social pacífica, respetuosa con la dignidad de las personas, con el bien común y con los derechos humanos (terrorismo, insolidaridad, maltrato, violencia, etc.), el sistema educativo ha de promover alternativas positivas. Escuela y familia, medios de difusión y agentes sociales deben ayudarse mutuamente al respecto.
Es importante que el respeto a la dignidad de todo ser humano y el valor de la palabra como medio y forma de exponer y defender las propias ideas sean tenidos en cuenta para prevenir y resolver conflictos de forma pacífica.

Preámbulo: sobre el concepto de convivencia pacífica

La convivencia pacífica es más que un tema de interés para ciencias sociales y humanas como la sociología, el trabajo social, la antropología o hasta la misma ciencia política, es una necesidad de la cotidianidad de las personas. Desde Aristóteles que concibió al hombre como un animal político, al igual que las avispas, por su necesidad de asociarse con los demás para lograr objetivos comunes y simplemente vivir mejor, tras la creación de estructurasorganizaciones, gobiernos y cualquier otro artefacto, que facilite la obtención de aquellos recursos que garanticen el bienestar, hasta teóricos contemporáneos que elaboran teorías de diversos cortes y matices para explicar la necesidad inherente que tienen los seres humanos de asociarse con los demás, todos apuntan de manera explícita o implícita, al tema de la convivencia, con un plus agregado e inseparable al mismo tiempo: al hecho de que sea pacífica.

El término convivencia en sí mismo es una causal que se encarga de determinar y/o complementar otros vocablos que con su significado aportan al entendimiento, de todos aquellos elementos necesarios para lograr que la cotidianidad del conjunto de las personas sea más amena, llevadera y por qué no, más feliz. La abogada Beatriz Cardona, aporta su definición básica de convivencia de la siguiente manera: "Convivencia", etimológicamente proviene de conviviere, que significa 'vivir en compañía de otros, cohabitar'. El concepto de convivencia da cuenta de un fenómeno propio aunque no exclusivo de lo humano, cuales el convivir, el vivir con. La existencia humana se lleva a cabo inevitable e inexorablemente en un contexto de convivencia.[2]
Por ende, la convivencia en sí misma, es un conjunto de cánones informales que regulan las conductas de los individuos a través de accionares con valor simbólico, que se sustentan de un determinado monto para cada uno de los individuos. Es menester aclarar en este orden de ideas, que hay una diferenciación entre estos cánones culturales propios de contextos micro, con la ley y el Estado que se encarga de regular desde lo nacional, lo macro. Con esta diferenciación clara, la convivencia pacífica es desde su esencia un orden en la sociedad, similar a lo que se concibe como el orden público, sólo que éste último es un orden macro y la convivencia es un orden micro dentro de una sociedad determinada.

El orden público, como orden mayor en una sociedad, tiene que ver con los problemas del Estado y de la sociedad civil, e igualmente con los instrumentos legales para restablecerlos cuando exista grave perturbación de ese orden, es decir obedece a generalidades. En cambio, la convivencia como orden menor en la sociedad, tiene que ver con problemas internos de la comunidad, que no trascienden al conflicto de orden público"[3], por ende son especificidades que se encargan de convertirse en pequeños escenarios que con su suma se encargan de generar Estados más seguros, en donde la relación del uno con el otro no esté opacada por los lunares de conflictos que repercutan en consecuencias nefastas como homicidios, atracos y un sin números de elementos que cada vez llenan más las agendas de los gobiernos y se convierten en demandas sociales de prioridad. He aquí la importancia de la cultura ciudadana: "la cultura ciudadana, es aquel conjunto "de costumbres, acciones y reglas mínimas compartidas que generan sentido de pertenencia, facilitan la convivencia urbana y conducen al respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos". La carencia de cultura ciudadana puede incidir sobre el futuro de la ciudad y conlleva, invariablemente, a un déficit de gobernabilidad"[4].